Paulus Potter – The young bull (1647)

En el cuadro de Mark Tansey «La prueba del ojo inocente» se representa un curioso experimento: se le muestra a una vaca el cuadro «Joven toro» de Paulus Potter, considerado durante un tiempo como la cumbre del arte realista, con el objeto de comprobar si el animal cree estar observando un animal aunténtico. ¿Cuál es la realidad? Hay ocasiones en que yo me siento como esa pobre vaca.

Mark Tansey – The Innocent Eye Test (1981)

Paso a explicarme: tras leer la última entrada del excelente blog Antes de la Lluvia, me picó la curiosidad por saber más sobre el conflicto árabe-israelí.
Pobre de mí…
Primero me leí los textos enlazados desde el post; luego Google me llevó a unos y otros, y me pareció que eran similares, que estaba mirando sólo una parte del espectro informativo, así que decidí pastar en campos de la Cole. ¡Gott Meine, están todos meshigene, ebrios de patriot(er)ismo! Cualquier comentario que cuestione los bombardeos a escuelas u otro objetivo civil es histéricamente etiquetado como antijudío, comunista, imbécil, agente de los musulmanes, musulmán, puto, cerebro lavado por Hezbollah, ignorante de mierda, psicobolche, todo esto escrito sin puntuación, con una ortografía del orto y en mayúsculas, como escrito de corrido por una señora indignada e impaciente. Razones, argumentos o respeto a la opinión distinta, nones… Ni hablemos de los medios en idioma inglés: tienen todos un cassette insertado en la cisura Rolando y repiten los mismos argumentos, sin lugar a duda alguna. Incluso se sospecha de la inocencia de las víctimas civiles de Gaza (As a side note, I suggest looking closely at the pictures taken which show the poor, innocent, impoverished, victims in Gaza. You may notice that most of them are surrounded by people with army boots, camoflage clothing, and/or Hamas headwraps. In applying some logic, it would appear that those dead individuals are not as innocent as they may appear given that Hamas, like most guerilla organizations, has uniforms. Thus, if an individual is surrounded by dead Hamas-men, they, too, are not likely to be unafilliated, and thus not a victim). Peor aún, el propio pueblo gazano tiene la culpa (at some point, folks gotta take responsibility for their actions). La víctima engendra al victimario: ¿la Shoah no nos enseñó nada?
Como dato curioso, en casi todos esos blogs sionistas (perdón, pero no sé cómo llamarlos) se aplican los mismos epítetos a aquellos que osan disentir. Los más comunes son intelectuales, progres o izquierdosos (todas sus variantes), colocándose así ellos mismos en una lamentable franja de extrema derecha… ¿Y cómo le llamarán a aquel judío que no concuerde con las directivas del actual gobierno de Israel? ¿Anti-qué? Dijo Daniel Barenboim: «Si el objetivo de la ofensiva es destruir a Hamás, la pregunta más importante es si esto es una meta alcanzable. Si no, los bombardeos no son sólo crueles, bárbaros y reprensibles, sino también absurdos. Si, por otro lado, es realmente posible destruir a Hamás con operaciones militares, ¿cómo imagina Israel la reacción de Gaza después de ello? Un millón y medio de residentes de la Franja no se arrodillarán reverencialmente ante el poderío del ejército israelí. No debemos olvidar que antes de que los palestinos eligieran a Hamás, Israel los apoyaba en una táctica para debilitar a Arafat…»

¿Cuál es la realidad que debo creer? ¿Son los palestinos habitantes originarios de Palestina que luchan por su tierra? ¿Son terroristas disfrazados de niños, ancianos, médicos, maestras, que ocultan arsenales en las escuelas? ¿Quién me prueba a mí todas esas afirmaciones? Acaso, como argentino, ¿debo creer también que todo aquél abatido en 1976 por las fuerzas de seguridad del Proceso era un terrorista? Fácil es atacar primero y presentar pruebas espurias después, llámense armas de destrucción masiva o como quieran. Las bajas civiles son inaceptables, de uno y otro lado. Esto no hay como puedan racionalizarlo, la muerte de mujeres y niños no me la pueden vender a través de ningún argumento.
Si las pocas voces que intentan mantener la cordura, la objetividad y la humanidad son acalladas, ¿quién hablará por los desposeídos?

¿Cuál es la realidad, entonces? ¿Qué es lo que estoy viendo?
Me sospecho que en el fondo, como siempre, se trata del caso de esos grandulones que hacen pelear en la calle a los más chicos, para su diversión y provecho. Y los organismos internacionales, esos vecinos viejos que miran la pelea por las hendijas de la persiana sin intervenir, han demostrado su inutilidad por enésima vez. Y los aliados de EE.UU y los enemigos de EE.UU alientan a uno u otro, según su conveniencia, justificando la pelea. Y nosotros, los pobres pelotudos que gritamos ¡Basta de violencia!, corremos el riesgo de que, encima, nos fajen por comedidos.

Actualización: se recomienda encarecidamente leer este post de Grismar. Salute.